Puntos tratados en la homilía del Papa en la Misa del Miércoles de Ceniza
La oración, que es la fuerza del cristiano y de cada persona creyente. Porque en la debilidad y en la fragilidad de nuestra vida, podemos dirigirnos a Dios con confianza de hijos y entrar en comunión con Él. Y ante tantas heridas que nos hacen mal y que nos podrían endurecer el corazón, estamos llamados a “zambullirnos en el mar de la oración”, que es el mar del amor ilimitado de Dios, para gustar su ternura.
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El tercer elemento es la limosna porque indica la gratuidad, ya que en la limosna “se da a alguien de quien no se espera recibir algo a cambio”. Mientras hoy con frecuencia la gratuidad no forma parte de la vida cotidiana, donde “todo se vende y se compra”. Todo es cálculo y medida.
¿Por qué debemos volver a Dios? ¡Porque algo no va bien en nosotros, en la sociedad, en la Iglesia y tenemos necesidad de cambiar, de dar un cambio, de convertirnos!. La Cuaresma viene nuevamente a dirigir su llamamiento profético, para recordarnos que es posible realizar algo nuevo en nosotros mismos y en torno a nosotros, sencillamente porque Dios es fiel, sigue siendo rico de bondad y de misericordia, y está siempre dispuesto a perdonar y volver a comenzar de nuevo. ¡Con esta confianza filial pongámonos en camino!
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